Misa Universitaria

Domingo 20 de Octubre

Jesús está entre nosotros, Él vive hoy
y su Espíritu a todos da.
Jesús, razón de nuestra vida, es el Señor
nos reúne en pueblo de amor.
Cambia nuestras vidas con tu fuerza.
Guárdanos por siempre en tu presencia.
Tú eres verdad, Tú eres la paz.

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.

Amén.

Señor ten piedad

Cristo ten piedad

Señor ten piedad

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros.
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.

Lectura del libro de Isaías.

Is 53, 10-11

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento,
y entregar su vida como expiación:
verá su descendencia, prolongará sus años,
lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz,
el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos,
porque cargó con los crímenes de ellos.

Palabra de Dios.

Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 (R.: 22)
R/.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.

Lectura de la carta a los Hebreos.

Heb 4, 14-16

Hermanos:
Ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado. Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.

Palabra de Dios.

Aleluya cantará
quién perdió la esperanza,
y la tierra sonreirá, ¡Aleluya! (bis)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

Mc 10, 35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
«Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».
Les preguntó:
«¿Qué queréis que haga por vosotros?».
Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».
Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».
Contestaron:
«Podemos».
Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, llamándolos, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».

Palabra del Señor.

Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.

Sigue habiendo tantos pies que lavar
sigue habiendo tanta oscuridad que iluminar
tantas cadenas que romper
pan y vino para el pobre quiero ser.
Sigue habiendo tantos pies que lavar
sigue habiendo tanta oscuridad que iluminar
tantas cadenas que romper
fortalece, Señor, mi poca fe.

Santo, santo es tu nombre
En el cielo y en la tierra.
Bendito es tu nombre,
Cantamos tu gloria por siempre.
Santo, santo es Dios porque vive en la tierra. (2)

La paz te doy a ti, mi hermano,
la paz que Dios me regaló,
y en un abrazo a ti te entrego
la paz que llevo en mi corazón. (bis)
Recíbela, recíbela,
esta es la paz
que el mundo no te puede dar. (bis)

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.

Señor, toma mi vida nueva
Antes de que la espera
Desgaste años en mí
Estoy dispuesto a lo que quieras
No importa lo que sea
Tú llámame a servir

Llévame donde los hombres
Necesiten tus palabras
Necesiten mis ganas de vivir
Donde falte la esperanza
Donde falte la alegría
Simplemente por no saber de ti

Te doy mi corazón sincero
Para gritar sin miedo
Lo bello que es tu amor
Tendré mis manos sin cansancio
Tu historia entre mis labios
Y fuerza en la oración

Llévame donde los hombres
Necesiten tus palabras
Necesiten mis ganas de vivir
Donde falte la esperanza
Donde falte la alegría
Simplemente por no saber de ti

Y así en marcha iré cantando
Por calles predicando
Tu grandeza, Señor
Señor, tengo alma misionera
Condúceme a la tierra
Que tenga sed de Dios

Llévame donde los hombres
Necesiten tus palabras
Necesiten mis ganas de vivir
Donde falte la esperanza
Donde falte la alegría
Simplemente por no saber de ti

POST- COMUNIÓN
Somos una familia y un auténtico mogollón
una iglesia divertida
que donde vamos armamos la de Dios.

Señor, Jesús,
haznos una comunidad abierta,
confiada y pacífica.
invadida por la alegría de tu Espíritu Santo.

Una comunidad entusiasta,
que sepa cantar a la vida,
vibrar ante la belleza,
estremecerse ante el misterio,
compadecerse de los que sufren,
y anunciar el Reino de tu amor.

Que llevemos la fiesta en el corazón
aunque a veces sintamos dolor en el camino.
Que no olvidemos, Cristo resucitado,
que Tú has vencido el dolor y la muerte.
Que no nos acobarden las tensiones
que puedan surgir entre nosotros,
porque contamos con la fuerza renovadora
de tu Espíritu.

Regala Señor, a esta familia tuya,
una gran dosis de buen humor
para que sepamos desdramatizar
las situaciones difíciles
y sonreír abiertamente a la vida.

Haznos expertos
en deshacer nudos
y en romper cadenas,
en abrir surcos
y en arrojar semillas,
en curar heridas
y en mantener viva la esperanza.
Y concédenos ser, humildemente,
en un mundo tan lleno de tristeza,
testigos y profetas de la verdadera alegría.

Muéveme, mi Dios hacia ti
Que no me muevan los hilos de este mundo, no
Muéveme, atráeme hacia Ti, desde lo profundo.