Oración

29 de marzo

Dios está aquí,
tan cierto como el aire que respiro
tan cierto como la mañana se levanta
tan vierto como que este canto lo puedes oír

1.Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. 2.Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él.» 3. Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» 4. Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer? 5.Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios».

Nacer de nuevo, renovarse en profundidad…¿Qué quiere decir eso hoy para mí?

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.


Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.


Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.


Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.


Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con el en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo.

¿Qué significa hoy para mí, mi bautismo? ¿Cómo he vivido la vida nueva que recibí entonces?

Magnificat, magnificat, magnificata
Anima mea Domnum
Magnificat, magnificat,
Magnificata anima mea

En el bautismo nacimos para una nueva vida:
¿Cómo debe ser la casa de un bautizado? ¿Cómo quiero que sea mi casa? ¿Cuál es el cimiento? ¿Cómo son las paredes? ¿De qué color pintaría las habitaciones? ¿Cómo decoraría la sala de estar? ¿y la sala de trabajo?…. ¿Cómo quiero que sea mi casa?

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí es arrojado fuera, como los sarmientos, y se seca; luego los recogen, los arrojan al fuego y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y se os concederá. En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto y seáis discípulos míos».

Nada te turbe, nada te espante
Quien a Dios tiene nada le falta
Nada te turbe, nada te espante
Solo Dios basta

Jesús, a los que tienen bienes
ayúdalos a compartir.
Jesús, a los que tienen poder
ayúdalos a servir.
Jesús, a los que son pobres
ayúdalos a progresar.
Jesús, a los que viven marginados
ayúdalos a hacerse valer.
Jesús, a los que son pecadores
ayúdalos a arrepentirse.
Jesús, a los que están cansados
ayúdalos a luchar.
Jesús, a los que son tentados
ayúdalos a vencer.
Jesús, a los que viven insatisfechos
ayúdalos a buscar.
Jesús, a los que están resentidos
ayúdalos a perdonar.
Jesús, a los que viven tristes
ayúdalos a sonreír.

Junto a ti, María, como un niño quiero estar
Tómame en tus brazos, guíame en mi caminar
Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar
Hazme transparente, lléname de paz
Madre, madre
Madre, madre
Madre, madre
Madre, madre
Gracias, madre mía, por llevarnos a Jesús
Haznos más humildes, tan sencillos como tú
Gracias, madre mía, por abrir tu corazón
Porque nos congregas y nos das tu amor