Magnificat, magnificat, magnificat
Magnificate anima mea Domiinum
Magnificat, magnificat, magnificat
Magnificate anima mea Dominum
Jubilate deo omnis terra
Servite domino in laetitia
Halleluja, halleluja in laetitia
Halleluja, halleluja in laetitia
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.
Cristo Jesús, oh, fuego que abrasa
Que las tinieblas en mí no tengan voz
Cristo Jesús, disipa mis sombras
Y que en mí solo hable tu amor
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
En tí confío Señor,
en tí, la paz del corazón.
En tí confío Señor,
en tí, la paz del corazón
» Alégrate llena de gracia, el señor está contigo. «
*TIEMPO DE SILENCIO *
– Señor, te pedimos por toda la Iglesia, para que podamos superar nuestras divisiones y que, con valentía y unidad, sigamos siempre los pasos de tu palabra.
– Señor, te encomendamos a todos los inocentes que sufren las consecuencias de las guerras, para que toques el corazón de quienes causan el mal y les concedas la gracia de la conversión.
– Señor, te pedimos por el Papa Francisco, para que, con sabiduría y humildad, guíe a tu pueblo en el camino de la fe y lo conduzca hacia la vida eterna.
– Señor, te pedimos por todos nosotros, los jóvenes, para que, guiados por tu palabra, encontremos en nuestros corazones la fuerza para vivir con generosidad, esperanza y amor
– Señor, te pedimos que en este tiempo de Adviento, preparemos nuestros corazones para recibir a Cristo, que viene a traernos paz y esperanza. Ayúdanos a vivir con alegría y amor, para que al acercarnos a la Navidad, renovemos nuestro compromiso de seguirte con fe y generosidad
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