Oración de Taizé del 22 de Noviembre

Ven Espíritu de Dios y de tu amor enciende la llama,
ven Espíritu de amor, ven Espíritu de amor
Aclama a Dios, tierra entera,
¡Jubílate Deo omnis terra!
cantad para el Señor, alabad su gloria
¡aleluya, aleluya!
Que toda la tierra se postre ante ti,
¡Jubílate Deo omnis terra!
que canten para ti, que canten en tu honor
¡aleluya, aleluya!
Venid a ver las proezas del Señor,
¡Jubílate Deo omnis terra!
sus hazañas en favor de su pueblo.
¡aleluya, aleluya!
Transformó el mar en tierra firme,
¡Jubílate Deo omnis terra!
a pie cruzaron la corriente,
¡aleluya, aleluya!
Que nuestra alegría esté en él,
¡jubílate Deo omnis terra!
que con su fuerza gobierne para siempre,
¡aleluya, aleluya!
Todos los pueblos, bendecid a nuestro Dios,
¡Jubílate Deo omnis terra!
haced que se os oiga la voz de su alabanza,
¡aleluya, aleluya!
Él que devuelve nuestra alma a la vida,
¡Jubílate Deo omnis terra!
y no deja que tropiecen nuestros pies
¡aleluya, aleluya!
Venid a escuchar, fieles de Dios,
¡Jubílate Deo omnis terra!
os contaré lo que hizo por mí,
¡aleluya, aleluya!
Invoqué en el peligro al Señor,
¡Jubílate Deo omnis terra!
y atendió a la voz de mi súplica,
¡aleluya, aleluya!
Bendito sea Dios que escucha mi voz,
¡Jubílate Deo omnis terra!
que siempre me brinda su amor,
¡aleluya, aleluya!
¡Aleluya, aleluya!
¡Jubilate Deo omnis terra!
¡Amén, amén!
¡aleluya, aleluya!
Salmo 23
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
El Señor es mi fortaleza
El Señor es mi canción
El nos da la salvación
En el confío y no temo más
En el confío y no temo más
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas, de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:
«Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.»
Entonces los justos le contestarán:
«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?»
Y el rey les dirá:
«Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.»
Y entonces dirá a los de su izquierda:
«Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.»
Entonces también éstos contestarán:
«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?»
Y él replicará:
«Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.» Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
En ti confió señor
En ti la paz del corazón
«Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.»
— Tomamos un tiempo en silencio para meditar estas palabras del señor —