Eucaristía

Domingo 16 de Junio

Bendigamos al Señor, Dios de toda la creación,
por habernos regalado su amor.
Su bondad y su perdón, y su gran fidelidad,
por los siglos de los siglos durarán.

    EL ESPÍRITU DE DIOS HOY ESTÁ SOBRE MÍ.
    ÉL ES QUIEN ME HA UNGIDO A PROCLAMAR
    LA BUENA NUEVA A LOS MÁS POBRES,
    LA GRACIA DE SU SALVACIÓN.
    [BIS TODO]

    Enviado con poder, y en el nombre de Jesús,
    a sanar a los enfermos del dolor,
    a los ciegos dar visión, a los pobres la verdad,
    y a los presos y oprimidos libertad.

      Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
      Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
      Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.

      Amén.

      Señor ten piedad

      Cristo ten piedad

      Señor ten piedad

      Gloria a Dios en las alturas,
      Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
      Te alabamos,
      Te bendecimos,
      Te adoramos,
      Glorificamos,
      Te damos gracias,
      por tu inmensa gloria.
      Señor Dios, rey celestial Dios,
      Padre todopoderoso.
      Señor, hijo ünico, Jesucristo,
      Señor Dios, cordero de Dios Hijo del Padre.
      Tu que quitas los pecados del mundo,
      Ten piedad de nosotros.
      Tu que quitas los pecados del mundo,
      Atiende nuestras sûplicas.
      Tu que reinas con el padre
      Ten piedad de nosotros.
      Gloria a Dios en las alturas,
      Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
      Porque Tu sélo eres Santo,
      Sélo Tu Señor, Tu solo,
      Tu sélo altisimo Jesucristo,
      Con el Espiritu Santo
      En la gloria de Dios Padre.
      Amen

      Lectura de la profecía de Ezequiel.

      Ez 17, 22-24

      Esto dice el Señor Dios:
      «También yo había escogido una rama de la cima del alto cedro y la había plantado; de las más altas y jóvenes ramas arrancaré una tierna y la plantaré en la cumbre de un monte elevado; la plantaré en una montaña alta de Israel, echará brotes y dará fruto.
      Se hará un cedro magnífico.
      Aves de todas clases anidarán en él, anidarán al abrigo de sus ramas.
      Y reconocerán todos los árboles del campo que yo soy el Señor, que humillo al árbol elevado y exalto al humilde, hago secarse el árbol verde y florecer el árbol seco.
      Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré».

      Palabra de Dios.

      Sal 91, 2-3. 13-14. 15-16 (R.: cf. 2a)
      R/.
      Es bueno darte gracias, Señor.

      Es bueno dar gracias al Señor
      y tocar para tu nombre, oh Altísimo;
      proclamar por la mañana tu misericordia
      y de noche tu fidelidad. R/.

      El justo crecerá como una palmera,
      se alzará como un cedro del Líbano:
      plantado en la casa del Señor,
      crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/.

      En la vejez seguirá dando fruto
      y estará lozano y frondoso,
      para proclamar que el Señor es justo,
      mi Roca, en quien no existe la maldad. R/.

      Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

      2 Cor 5, 6-10

      Hermanos:
      Siempre llenos de buen ánimo y sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, estamos desterrados lejos del Señor, caminamos en fe y no en visión.
      Pero estamos de buen ánimo y preferimos ser desterrados del cuerpo y vivir junto al Señor.
      Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarlo.
      Porque todos tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir cada cual por lo que haya hecho mientras tenía este cuerpo, sea el bien o el mal.

      Palabra de Dios.

      Aleluya alelu-aleluya, aleluya aleluya (2)

      Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

      Mc 4, 26-34

      En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
      «El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».
      Dijo también:
      «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».
      Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

      Palabra del Señor.

      Creo en Dios, Padre todopoderoso,
      Creador del cielo y de la tierra.
      Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,

      que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
      nació de santa María Virgen,
      padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

      fue crucificado, muerto y sepultado,
      descendió a los infiernos,
      al tercer día resucitó de entre los muertos,
      subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
      Padre todopoderoso.
      Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
      Creo en el Espíritu Santo,
      la santa Iglesia católica,
      la comunión de los santos,
      el perdón de los pecados,
      la resurrección de la carne
      y la vida eterna.
      Amén.

      Ofertorio

      Tu vales mucho más que todo el oro.
      Tú eres el aire que respiro,
      mi razón, lo primero, lo mejor que me ha pasado.
      Mi razón

      Santo, santo.
      Santo, santo,
      santo es el Señor,
      llenos están el cielo y tierra de tu amor. (BIS)
      Bendito el que viene en el nombre,
      el que viene en el nombre del Señor,
      del Señor.

      Paz en la tierra
      Paz en las alturas
      Qu el gozo eterno reine
      En nuestro corazón
      Da la paz, hermano, da la paz;
      Constrúyela en tu corazón,
      Y con tu gesto afirmarás
      Que quieres la paz
      Que tu paz, hermano, sea don;
      Es el mejor signo de amor
      Que tú nos puedes ofrecer: abrazo de paz

      Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
      ten piedad de nosotros.
      Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
      ten piedad de nosotros.
      Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
      danos la paz.

      Sois la semilla que ha de crecer
      sois la estrella que ha de brillar
      sois levadura, sois grano de sal
      antorcha que debe alumbrar.

      Sois la mañana que vuelve a nacer
      sois espiga que empieza a granar
      sois aguijón y caricia a la vez
      testigos que voy a enviar.

      Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor. Mensajeros de la vida de la paz y el perdón. Sed amigos los testigos de mi resurrección. Id llevando mi presencia con vosotros estoy.

      Sois una llama que ha de encender
      resplandores de fe y caridad.
      Sois los pastores que han de guiar
      al mundo por sendas de paz.

      Sois los amigos que quise escoger
      sois las palabras que intento gritar,
      sois reino nuevo que empieza a engendrar
      justicia, amor y verdad.

      Post – comunión

      Nada vale la pena
      comparado con tu amor.
      Nada vale la pena
      comparado contigo, Señor.

      ID Y ANUNCIAD POR EL MUNDO
      LA BUENA NUEVA DE DIOS
      Y ENTENDERÉIS LO QUE OS QUISE DECIR:
      QUE EL REINO COMIENZA AQUÍ.

      Y si os amáis de verdad y dais cobijo al más pobre
      ¿Quién podrá contra vosotros y vuestras obras condene?

      Sed luz que alumbra en lo alto, sembrad la tierra de amor,
      Sed mensajeros que anuncien la Buena Nueva de Dios.
      Sed del mundo la sal, del mundo la luz,
      del mundo el amor
      ¡Sed!